Puede que alguna vez hayas oído el término bondage y es que es la práctica erótica que consiste en atar a tu pareja, inmovilizándola. El shibari es una variante japonesa de este tipo de prácticas. Shibari significa atadura en japonés, de ahí que reciba este nombre. Las ataduras en el sexo son una cosa bastante antigua y que muchos no se atreven a practicar. Aun así, los que lo prueban, no pueden dejar de hacerlo, porque lo consideran realmente erótico. El shibari consiste en atar a la pareja, pero siguiendo unos patrones estéticos y lineales, es decir, la atadura no puede realizarse de cualquier manera. También es importante destacar que las cuerdas con las que se ata deben de estar fabricadas con fibras naturales.
Origen e historia del Shibari
Probablemente no te imagines cual es el origen de esta técnica de atadura, pero es un arte marcial. El Hojojutsu es un arte marcial que consiste en atar al rival y hacerlo prisionero. Una vez atado quedaba a tu merced para hacer con él lo que quisieras. Es de este arte marcial de donde surge el shibari. A finales del siglo XIX y principios del XX es cuando está técnica comenzó a utilizarse como práctica erótica.
¿Por qué triunfó el Shibari?
Como hemos dicho, atar a la pareja es una práctica muy antigua, pero el hecho de utilizar la técnica shibari es algo que no tiene tantos años. La gente busca nuevas técnicas y cosas que hacer durante sus relaciones sexuales y esto es lo que lleva a probar cosas como esta. Fue hace 10-15 años cuanto esta técnica comenzó a volverse más popular.
La inmovilidad de la pareja durante la relación sexual aporta una cosa que muchos consideran erótica, la vulnerabilidad. La persona que está atada queda completamente a merced de lo que el otro quiera hacer. El hecho de ser vulnerable hace que la persona atada pueda concentrarse únicamente en el placer que recibe y que no haya otras cosas que le distraigan.
Uno de los problemas de estas prácticas es que son bastante agresivas y que mucha gente no se siente cómoda. Hay mucha gente que disfruta de la violencia, controlada, en el sexo, pero es cierto que no es para todo el mundo. Cada vez son más las personas que se unen a este tipo de prácticas o que al menos las prueban. Además, mucha gente vincula este tipo de prácticas a un pensamiento sexista, ya que en la mayoría de las ocasiones es el hombre el que ata a la mujer. Por mucho que esto sea la práctica habitual, no tiene por qué ser siempre así. En el sexo, la comunicación y la libertad son claves, por lo que, si eres hombre y quieres ser atado en lugar de atar a tu pareja, debes de decirlo. Si eres mujer y eres dominante, debes de comunicárselo a tu pareja, ya que a lo mejor disfrutáis mucho más de que tu mandes en lugar de que lo haga el. Si quieres tener buen sexo debes de comunicarte con tu pareja.